Desde principios del siglo XX Ituzaingó
fue considerado un lugar privilegiado
por su clima y entorno natural.
Una
elevación de 25 metros sobre el nivel del mar y profusas arboledas, resultado
de las forestaciones realizadas por sus vecinos pioneros, le confieren hasta el
presente una fisonomía peculiar en el conurbano bonaerense.
Con dos pulmones verdes muy importantes: Parque Leloir (600 hectáreas) y las destinadas al Hogar de Ancianos Martín Rodríguez-Viamonte, con el agregado de la zona afectada por el CEAMSE y el borde
del Acceso Oeste, ayudan a mantener un equilibrio ecológico siempre
vulnerable ante la degradación constante y consciente del ambiente a manos del
ser humano.